Más allá de la resolución: cómo elegir la cámara ideal según las necesidades reales de tu sistema de visión industrial.
- imvisionmexico
- hace 7 días
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Hace poco visitamos una planta donde el equipo de ingeniería había invertido en una cámara de última generación: una cámara inteligente con procesamiento integrado, resolución de 16Mpx y una lista impresionante de especificaciones. Sin embargo, a los pocos días comenzaron los problemas.
El procesamiento interno no era suficiente para la velocidad de su línea de producción, y el software que utilizaban no se integraba correctamente. La cámara era “inteligente”, sí, pero no la adecuada para esa aplicación.
Este tipo de historias son más comunes de lo que parece. Muchas veces se cree que “más resolución” o “más inteligencia” equivale automáticamente a “mejor rendimiento”, cuando en realidad, la clave está en elegir la cámara correcta según el entorno, la velocidad y la complejidad del proceso.
El verdadero reto: conocer lo que tu sistema necesita.
Cada aplicación de visión industrial es única. No es lo mismo inspeccionar microcomponentes electrónicos que verificar el ensamble de una puerta automotriz. Por ejemplo:
En una línea de empaque de alta velocidad, una cámara no inteligente o basada en PC (o “tonta”) con excelente velocidad de captura y baja latencia puede superar a una cámara inteligente.

En cambio, en una celda de inspección compacta donde el espacio es limitado y se requiere autonomía, una cámara inteligente puede simplificar el sistema al integrar procesamiento y análisis en el mismo dispositivo.

La diferencia está en dónde ocurre el procesamiento: dentro de la cámara o en un controlador externo. Y esa decisión depende directamente de las necesidades de cada aplicación, no del marketing detrás del producto.
Más que especificaciones, decisiones inteligentes

Elegir bien una cámara implica analizar variables como:
Velocidad de la línea de producción (piezas por minuto).
Tipo de iluminación y contraste del producto.
Precisión o tolerancia.
Escalabilidad del sistema y mantenimiento.
En muchos casos, una combinación de ambos tipos de cámaras dentro de una misma planta puede ofrecer lo mejor de los dos mundos: control, flexibilidad y eficiencia.
No se trata de si una cámara es “inteligente” o “tonta”, sino de qué tan inteligente es la elección que haces para tu sistema de visión. El valor real está en comprender la aplicación, anticipar los desafíos y seleccionar el equipo que mejor se adapta a tu entorno de producción.
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